Carlos Montero
Jueves, 30 de Mayo del 2013.
Ayer las
bolsas europeas cerraron con caídas por encima del punto y medio porcentual.
Las insinuaciones de varios miembros de la Fed que el FOMC podría comenzar a
disminuir el ritmo del programa de compra de activos, junto con unos últimos
datos macro por encima de las
previsiones, incrementó la presión vendedora en
los activos de riesgo tanto en Europa como en EE.UU.
Cuando la Reserva Federal terminó
la QE1 y la QE2, el S&P 500 descendió respectivamente un 15% y un 23%, lo
que según el economista del FT Gavyn Davies, fueron fluctuaciones menores en un
gran mercado alcista. Las subidas se reanudaron con rapidez cuando los bancos
centrales anunciaron nuevas compras de activos.
Davies añade que muchos analistas creen que las QE han provocado una importante burbuja en los precios de los activos financieros, cuya extensión sólo se conocerá cuando los bancos centrales empiecen a reducir sus balances. Otros en cambio creen que el aumento en el precio de las acciones y de los bonos está justificado por fundamentos económicos.
Este es probablemente el debate más importante en los mercados financieros de hoy en día, con enormes consecuencias para los responsables políticos y los inversores. Las burbujas son muy difíciles de identificar en tiempo real, y es aconsejable no ser demasiado dogmático sobre esto.
Gavyn Davies comenta tres elementos del debate:
En primer lugar, ¿hay una burbuja en los mercados de deuda pública?
Claramente, los rendimientos de los bonos del gobierno están muy por debajo de sus promedios históricos, pero eso no significa necesariamente que se encuentren en una "burbuja", lo que sería cierto sólo si los rendimientos han caído mucho más lejos de lo que se esperaría por los fundamentos económicos, sobre todo por el descenso previsto en las tasas de interés a corto plazo.
Una gran parte de la disminución de los rendimientos, de hecho, puede explicarse por el período prolongado de tipos a cortos cerca de cero, que ahora están integrados en el mercado de bonos. Pero no explica toda la caída. Ben Bernanke ha señalado recientemente que los rendimientos a largo de los bonos, en realidad han caído más de lo que puede ser explicado por la caída de los tipos a corto plazo.
Casi dos puntos porcentuales de la disminución de los rendimientos de los bonos estadounidenses, se deriva de la denominada "prima de plazo" de los tipos de interés a largo, que es el residuo no explicado en el largo rendimiento después de tomar en cuenta la evolución previsible de los tipos a corto.
Una prima negativa es extremadamente inusual, lo que implica que el mercado está dispuesto a prestar al gobierno a largo plazo a una tasa menor de lo que espera recibir por prestar a corto plazo. Esto es una señal de burbuja, aunque el presidente de la Fed no lo cree así, con el argumento de que la prima negativa es una consecuencia comprensible de factores fundamentales, incluido el valor refugio de los bonos del gobierno, y su atractivo como protección contra los activos de riesgo, así como la demanda de los bonos por parte de los bancos centrales extranjeros.
Varios de estos factores pueden estar ligados en última instancia al exceso del ahorro global sobre la inversión, que se ha asociado con la recesión y las respuestas de los bancos centrales. Pero, incluso si usted no ve esto como una burbuja, y hasta cierto punto esto es una cuestión de semántica, claramente la rentabilidad de los bonos a futuro se considera anormalmente baja.
En segundo lugar, ¿hay una burbuja en los mercados de renta variable?
Está claro que la evolución de los rendimientos ha comenzado a tener un profundo efecto en el comportamiento de la renta variable. Pero, al menos hasta hace poco, había relativamente pocos indicios de que las acciones estaban sobrevaloradas, ya que la prima de riesgo había aumentado considerablemente.
En esencia, mientras la rentabilidad de los bonos caía a un terreno sin precedentes, la rentabilidad por dividendo de la renta variable se mantenía más o menos constante, implicando que los precios de las acciones se apoyaran en el crecimiento de los beneficios empresariales.
Una forma alternativa de ver esto es argumentar que la prima de riesgo de las acciones, estimada por la diferencia entre la rentabilidad por dividendo y la rentabilidad de los bonos, se ha incrementado fuertemente por la caída de los rendimientos de los bonos.
Mientras los inversores buscaban el refugio seguro de los bonos, al mismo tiempo, exigían una mayor prima de riesgo a los precios de las acciones, así ofrecían alguna protección a los precios de las acciones, si la rentabilidad de los bonos comenzaba a subir. Aunque ha habido una cierta disminución de la prima de riesgo recientemente, la mayoría de este colchón sigue intacto. La principal preocupación acerca de las acciones por lo tanto, es que los beneficios de las empresas no puedan mantener indefinidamente su alta participación en el PIB nominal.
En tercer lugar, ¿qué significa todo esto para los rendimientos futuros?
Los banqueros centrales son reacios por lo general a hablar de esto, pero parece claro que sus acciones sobre los tipos de interés o las QE han retraído retornos futuros, incluso si no han causado una burbuja en los bonos o en las acciones. Así lo decía Sir Mervyn King en su última rueda de prensa al frente del Banco de Inglaterra:
“Mi mayor preocupación es que en algún punto, sabemos que los tipos de interés tienen que volver a un nivel más sano y normal, lo que puede traer consigo posibles caídas en los precios de los activos. Será importante que la gente haya tenido tiempo de bajar su nivel de endeudamiento, para así no tener graves problemas financieros cuando los precios de los activos caigan”.
Burbuja o no, la consecuencia inevitable es que se ha reducido la cuantía de los rendimientos futuros esperados. Sin embargo, este proceso no ha avanzado tanto en la renta variable, como en los bonos del gobierno y el crédito.
Davies añade que muchos analistas creen que las QE han provocado una importante burbuja en los precios de los activos financieros, cuya extensión sólo se conocerá cuando los bancos centrales empiecen a reducir sus balances. Otros en cambio creen que el aumento en el precio de las acciones y de los bonos está justificado por fundamentos económicos.
Este es probablemente el debate más importante en los mercados financieros de hoy en día, con enormes consecuencias para los responsables políticos y los inversores. Las burbujas son muy difíciles de identificar en tiempo real, y es aconsejable no ser demasiado dogmático sobre esto.
Gavyn Davies comenta tres elementos del debate:
En primer lugar, ¿hay una burbuja en los mercados de deuda pública?
Claramente, los rendimientos de los bonos del gobierno están muy por debajo de sus promedios históricos, pero eso no significa necesariamente que se encuentren en una "burbuja", lo que sería cierto sólo si los rendimientos han caído mucho más lejos de lo que se esperaría por los fundamentos económicos, sobre todo por el descenso previsto en las tasas de interés a corto plazo.
Una gran parte de la disminución de los rendimientos, de hecho, puede explicarse por el período prolongado de tipos a cortos cerca de cero, que ahora están integrados en el mercado de bonos. Pero no explica toda la caída. Ben Bernanke ha señalado recientemente que los rendimientos a largo de los bonos, en realidad han caído más de lo que puede ser explicado por la caída de los tipos a corto plazo.
Casi dos puntos porcentuales de la disminución de los rendimientos de los bonos estadounidenses, se deriva de la denominada "prima de plazo" de los tipos de interés a largo, que es el residuo no explicado en el largo rendimiento después de tomar en cuenta la evolución previsible de los tipos a corto.
Una prima negativa es extremadamente inusual, lo que implica que el mercado está dispuesto a prestar al gobierno a largo plazo a una tasa menor de lo que espera recibir por prestar a corto plazo. Esto es una señal de burbuja, aunque el presidente de la Fed no lo cree así, con el argumento de que la prima negativa es una consecuencia comprensible de factores fundamentales, incluido el valor refugio de los bonos del gobierno, y su atractivo como protección contra los activos de riesgo, así como la demanda de los bonos por parte de los bancos centrales extranjeros.
Varios de estos factores pueden estar ligados en última instancia al exceso del ahorro global sobre la inversión, que se ha asociado con la recesión y las respuestas de los bancos centrales. Pero, incluso si usted no ve esto como una burbuja, y hasta cierto punto esto es una cuestión de semántica, claramente la rentabilidad de los bonos a futuro se considera anormalmente baja.
En segundo lugar, ¿hay una burbuja en los mercados de renta variable?
Está claro que la evolución de los rendimientos ha comenzado a tener un profundo efecto en el comportamiento de la renta variable. Pero, al menos hasta hace poco, había relativamente pocos indicios de que las acciones estaban sobrevaloradas, ya que la prima de riesgo había aumentado considerablemente.
En esencia, mientras la rentabilidad de los bonos caía a un terreno sin precedentes, la rentabilidad por dividendo de la renta variable se mantenía más o menos constante, implicando que los precios de las acciones se apoyaran en el crecimiento de los beneficios empresariales.
Una forma alternativa de ver esto es argumentar que la prima de riesgo de las acciones, estimada por la diferencia entre la rentabilidad por dividendo y la rentabilidad de los bonos, se ha incrementado fuertemente por la caída de los rendimientos de los bonos.
Mientras los inversores buscaban el refugio seguro de los bonos, al mismo tiempo, exigían una mayor prima de riesgo a los precios de las acciones, así ofrecían alguna protección a los precios de las acciones, si la rentabilidad de los bonos comenzaba a subir. Aunque ha habido una cierta disminución de la prima de riesgo recientemente, la mayoría de este colchón sigue intacto. La principal preocupación acerca de las acciones por lo tanto, es que los beneficios de las empresas no puedan mantener indefinidamente su alta participación en el PIB nominal.
En tercer lugar, ¿qué significa todo esto para los rendimientos futuros?
Los banqueros centrales son reacios por lo general a hablar de esto, pero parece claro que sus acciones sobre los tipos de interés o las QE han retraído retornos futuros, incluso si no han causado una burbuja en los bonos o en las acciones. Así lo decía Sir Mervyn King en su última rueda de prensa al frente del Banco de Inglaterra:
“Mi mayor preocupación es que en algún punto, sabemos que los tipos de interés tienen que volver a un nivel más sano y normal, lo que puede traer consigo posibles caídas en los precios de los activos. Será importante que la gente haya tenido tiempo de bajar su nivel de endeudamiento, para así no tener graves problemas financieros cuando los precios de los activos caigan”.
Burbuja o no, la consecuencia inevitable es que se ha reducido la cuantía de los rendimientos futuros esperados. Sin embargo, este proceso no ha avanzado tanto en la renta variable, como en los bonos del gobierno y el crédito.
Lacartadelabolsa
Fuente : Capital Bolsa.
Roberto Guadalupe , Análisis de Acciones de Wall Street.