Carlos Montero
Miércoles, 17 de Abril del 2013
Ayer fue un día especialmente ajetreado. A parte de mis
compromisos laborales y familiares diarios, asistí a una interesante reunión de
inversores profesionales que se realiza periódicamente en una ciudad española,
y en la que detecté un elevado grado de incertidumbre entre los asistentes
sobre las perspectivas de crecimiento económico a nivel
mundial. Y es lógico.
El panorama actual es el
siguiente. En EE.UU. los últimos datos macro publicados, sugieren claramente
que la recuperación económica se está suavizando. En China el crecimiento del
PIB en el primer trimestre del año, aunque robusto, ha sido sensiblemente inferior
a lo estimado por el mercado. En la UE siguen revisándose a la baja las
previsiones económicas para lo que resta de año y para el próximo. En Japón,
las medidas de extrema flexibilización cuantitativa tardarán tiempo en surgir
efecto en la economía real, mientras tanto, su economía permanece estancada.
¿No parece muy alentador verdad?
Uno de los analistas de esta reunión señaló que las medidas oficiales en EE.UU. no estaban mostrando la ralentización económica real, y que otros indicadores menos conocidos apuntaban a un menor crecimiento del esperado. Concretamente él se refirió a la caída de índices poco convencionales, como el de recogida de basura.
No les voy a engañar que la primera reacción (y probablemente también la segunda), de la gran parte de los que nos encontrábamos en esa reunión fue de cierto asombro, yo personalmente no sabía que se elaboraran este tipo de indicadores, pero luego recordé que hace unos meses publiqué en estas páginas algunos indicadores poco convencionales que anticipan con más éxito los ciclos económicos que los por todos conocidos. Al llegar a casa revisé mi base de datos, y allí estaba, el indicador de la basura producida.
El concepto es bastante simple, como explican los autores de este estudio. El PIB debería correlacionarse con la cantidad de basura producida. La razón es que si se producen cosas también habrá que tirar otras. Cuantas más cosas se produzcan, más serán los deshechos producidos que tendrán que ser recogidos. Según los economistas Carl Riccadonna y Michael McDonough, la correlación de este indicador con el PIB está entre las más altas de las estudiadas, alcanzando un asombroso 82%.
Otros indicadores de la actividad económica poco conocidos serían:
El indicador del traslado de sede empresarial. Históricamente se ha comprobado que cuando una compañía anuncia el cambio de sede, sus acciones caen en bolsa. Esto ha sucedido recientemente en empresas como The New York Times, Time Warner AOL, MySpace y Apple.
El indicador de ventas de aspirinas. Los ciclos económicos afectan de forma importante las ventas de aspirinas u otros medicamentos contra el dolor de cabeza. Los tiempos difíciles provocan estrés y tensión en la gente, lo que se traduce en mayor posibilidad de sufrir dolores de cabeza. En 2008 por ejemplo, la venta de estos medicamentos se disparó en los peores momentos de la crisis.
El indicador de las búsquedas en Google. Este buscador es un excelente barómetro de las inquietudes a nivel global. En los peores momentos de la crisis, la búsqueda de palabras como desempleo, crisis, recesión…se dispararon.
Es complicado para un gestor de fondos analizar los innumerables datos económicos que se publican diariamente, por lo que extender su trabajo a indicadores como la venta de aspirinas, los fallecidos no reclamados, las tasas de accidentes en bicicletas, el índice de población de caimanes, etc…parece poco realista y probablemente nada provechoso. De cualquier forma, algunos de estos indicadores sí tienen un efecto práctico demostrado, por lo que como en el caso del analista al que hacía antes referencia, no deberíamos ignorarlos cuando caen en nuestras manos.
Uno de los analistas de esta reunión señaló que las medidas oficiales en EE.UU. no estaban mostrando la ralentización económica real, y que otros indicadores menos conocidos apuntaban a un menor crecimiento del esperado. Concretamente él se refirió a la caída de índices poco convencionales, como el de recogida de basura.
No les voy a engañar que la primera reacción (y probablemente también la segunda), de la gran parte de los que nos encontrábamos en esa reunión fue de cierto asombro, yo personalmente no sabía que se elaboraran este tipo de indicadores, pero luego recordé que hace unos meses publiqué en estas páginas algunos indicadores poco convencionales que anticipan con más éxito los ciclos económicos que los por todos conocidos. Al llegar a casa revisé mi base de datos, y allí estaba, el indicador de la basura producida.
El concepto es bastante simple, como explican los autores de este estudio. El PIB debería correlacionarse con la cantidad de basura producida. La razón es que si se producen cosas también habrá que tirar otras. Cuantas más cosas se produzcan, más serán los deshechos producidos que tendrán que ser recogidos. Según los economistas Carl Riccadonna y Michael McDonough, la correlación de este indicador con el PIB está entre las más altas de las estudiadas, alcanzando un asombroso 82%.
Otros indicadores de la actividad económica poco conocidos serían:
El indicador del traslado de sede empresarial. Históricamente se ha comprobado que cuando una compañía anuncia el cambio de sede, sus acciones caen en bolsa. Esto ha sucedido recientemente en empresas como The New York Times, Time Warner AOL, MySpace y Apple.
El indicador de ventas de aspirinas. Los ciclos económicos afectan de forma importante las ventas de aspirinas u otros medicamentos contra el dolor de cabeza. Los tiempos difíciles provocan estrés y tensión en la gente, lo que se traduce en mayor posibilidad de sufrir dolores de cabeza. En 2008 por ejemplo, la venta de estos medicamentos se disparó en los peores momentos de la crisis.
El indicador de las búsquedas en Google. Este buscador es un excelente barómetro de las inquietudes a nivel global. En los peores momentos de la crisis, la búsqueda de palabras como desempleo, crisis, recesión…se dispararon.
Es complicado para un gestor de fondos analizar los innumerables datos económicos que se publican diariamente, por lo que extender su trabajo a indicadores como la venta de aspirinas, los fallecidos no reclamados, las tasas de accidentes en bicicletas, el índice de población de caimanes, etc…parece poco realista y probablemente nada provechoso. De cualquier forma, algunos de estos indicadores sí tienen un efecto práctico demostrado, por lo que como en el caso del analista al que hacía antes referencia, no deberíamos ignorarlos cuando caen en nuestras manos.
Roberto Guadalupe, Análisis de Acciones de Wall Street.
Fuente : Capital Bolsa.