Viva la Bolsa
29 Abril 2013
Ayer el Presidente Ollanta Humala confirmó que el Estado evalúa comprar la Refinería La Pampilla y los grifos Repsol. Cuándo no, pensé, con indignación. El Estado siempre metiendo la pata, y por tanto, perjudicando a todos los peruanos, especialmente a la clase media y a los más pobres.
Durante los últimos días he visto a diversos políticos y
personalidades opinar sobre este tema. Y algunas de las frases que he escuchado son preocupantes. “Vamos a comprar los grifos…porque es un buen negocio”, “ Vamos a comprar La Pampilla porque si no se la llevan los Chilenos”, “Vamos a comprar los activos de Repsol porque queremos un Petroperu fuerte pues los países en el mundo tienen la mayoría empresas estatales”, “Vamos a comprar activos porque Petroperu debe ayudar a los más pobres”, “ Vamos a comprar los grifos para controlar los precios de la gasolina”, entre otras razones.
¿Qué pasó para que de un momento a otro, los hacedores de política económica busquen abandonar el modelo económico que tanto éxito ha tenido por un modelo que busca incrementar la presencia del Estado en la economía y busca relanzar al Estado empresario? Es algo muy serio y muy grave.
El sólo hecho de que el Presidente diga, muy tranquilamente, que están evaluando la compra de los activos de Repsol en el Perú, ya es algo muy negativo. En mi opinión, no hay nada que evaluar. El Estado no debe comprar empresas. Es negativo para el país.
¿Qué pasa si la evaluación concluye que los activos de Respol son un buen negocio? ¿El Estado va a comprar una refinería y decenas de grifos? Bajo ese pensamiento, el Estado no sólo debería comprar grifos, sino también muchos otros negocios que son buenos. Que compre un banco, que da muy buenos retornos, que compré farmacias, que construya edificios y porque no, que invierta en la Parte II de Asu Mare. Es sorprendente que tras el fracaso de las políticas económicas que apostaban por el Estado empresario, todavía haya personas que crean que el Estado debe administrar empresas que bien podría manejar el sector privado. Este pensamiento predominó entre los países comunistas entre 1945-1988, donde se pensaba que era mejor que el Estado se lleve la plusvalía que generaban las empresas y por ello no aceptaban la inversión privada. La historia económica nos enseña que esos modelos fracasaron rotundamente pues es la inversión privada y el consumo privado son las locomotoras de crecimiento en cualquier país, locomotoras de crecimiento que hacen posible la disminución sostenida de la pobreza.
Administrar empresas no es el core business del Estado
La pregunta no debe ser si el grifo X, la refinería o la producción de Asu Mare II es un buen negocio o no lo es, la pregunta debe ser, ¿queremos que el Estado tenga más o menos empresas públicas?
Y la respuesta para cualquier persona medianamente entendida en materia económica y que medianamente sabe algo sobre historia económica es: menos empresas públicas. El Estado ya tiene 33! No entiendo la razón para que el Estado quiera comprar grifos o refinerías o cualquier negocio, en general.
Cuál es la misión del Estado? Cada cinco años los peruanos votamos para que un Presidente encabece un gobierno que tenga como misión aplicar políticas económicas, sociales coherentes que permitan la disminución sostenida de la pobreza, que permitan la disminución sostenida de la delincuencia, que permitan la mejora sostenida de la educación, que permitan la mejora sostenida de la salud, de la justicia. Esa es la misión que el gobierno debe seguir, según la gran mayoría de los peruanos y esto está presente en cuanta encuesta hay.
Los peruanos no queremos y no elegimos a un Presidente para que el gobierno tenga como misión reelegir a la esposa del Presidente o que tenga como misión comprar empresas privadas o evitar que compañías de determinado país hagan negocio en el Perú. Esa no es la misión del Estado. Lo que buscamos todos los peruanos es el crecimiento sostenido de la economía, el control de la delincuencia, la mejora en la educación y la salud, la reorganización total del poder judicial, entre otras cosas.
El Estado debe destinar los millones que planea invertir en comprar los activos de Repsol en otras cosas. Sólo doy un ejemplo. En 1982, yo tenía 12 años y la carretera Panamericana Sur, con dos carriles de ida y dos carriles de vuelta terminaba en Pucusana, kilómetro 60. Hoy 31 años después, la carretera Panamericana Sur, dos carriles de ida y dos de vuelta, va hasta Chincha, kilómetro 200. Han avanzado 140 kilómetros en 31 años! A este ritmo, cuando tenga 61 años la carretera llegará a Ica! Creo que está demás explicar porque tener una buena carretera Lima-Tacna debe ser prioridad para el Estado. Pero evidentemente no lo es. Ese es el core business del Estado, licitar la construcción de carreteras para que el sector privado las haga. Promover la inversión privada.
A estas alturas, deberíamos tener una carretera con dos carriles de ida y dos de vuelta Tumbes – Tacna, deberíamos tener varias vías libres en Lima (tenemos dos), deberíamos tener tantas obras de infraestructura, pero no se hacen por ineficiencia del Estado. Creo que la mayoría de los peruanos prefiere mil veces que el dinero que se quiere destinar a comprar La Pampilla se invierte en la reorganización del Poder Judicial, que es un desastre. Gente inocente está en la cárcel, los procesos duran años, es la mayor injusticia que puede haber. En vez de invertir cientos de millones de dólares en comprar una refinería se podrían construir varios penales modernos para acabar con la sobrepoblación de los penales, que trae tanta miseria entre reos, muchos de los cuales todavía no han sido condenados, que ocasiona, entre otras cosas, que sea más difícil controlar a delincuentes avezados que secuestran, asesinan y extorsionan desde centros penitenciarios. Eso debe ser prioridad para el Estado, pero no lo es. La prioridad del Estado hoy es evaluar la compra de grifos y una refinería.
Señores del gobierno, concéntrense en su core business, que no lo están haciendo bien, en lugar de aventurarse a meterse en negocios del sector privado, que en general si viene haciendo bien las cosas y es la locomotora de crecimiento del país.
El Estado Peruano es pésimo manejando empresas.
Señores, el Estado Peruano NO SABE administrar empresas. Basta revisar la historia económica del país. Es pésimo administrando empresas.
No es relevante ver las utilidades de Petroperu en 2011 o en 2012 o en lo que va del 2013. Lo relevante es ver cuáles fueron las utilidades netas de las empresas que administró el Estado en los últimos 30 años y el efecto catastrófico que este manejo tuvo, sobre la economía nacional. El Estado fracasa en sus aventuras empresariales porque no maneja las empresas de manera eficiente, contratando a los mejores gerentes, maximizando las utilidades netas de la empresa, reduciendo costos sostenidamente, pagándole bonos a los buenos profesionales, buscando el ratio óptimo deuda-capital, determinando que porcentaje de sus utilidades debe pagar en dividendos tomando en cuenta el crecimiento futuro de la empresa.
El Estado maneja las empresas con fines políticos y por eso le va mal. Y decirnos que esto va a cambiar de ahora en adelante es poco creíble y por último, es un riesgo que el Perú no debe tomar. Existe un alto costo de oportunidad de hacer una operación así. Es más, ayer el ministro de energía y minas, sin darse cuenta creo, señaló que Petroperu está para ayudar a los más pobres. Es decir, está confirmando que la empresa del Estado debe usarse para ayudar a los demás. ¿Acaso así se manejan las empresas eficientes en este mundo, para ayudar a los demas? Está claro que el Estado desea tener una empresa grande para fines políticos.
Ahora, algunos defensores de las empresas estatales señalan que no hay que tenerle miedo al Estado empresario. Indican que otros países con modelos liberales, como Chile o Colombia, tienen empresas públicas. ¿Acaso porque algunos paises tienen empresas públicas significa que es lo óptimo? Hay empresas públicas malas y buenas, pero por lo general, los resultados son negativos. Hay muchos países que tienen empresas públicas y otros que no, algunas buenas, algunas malas. El hecho de que otros países tengan empresas públicas no es una buena razón para que nosotros compremos una más. Especialmente si a l Perú le ha ido pésimo manejando empresas públicas. Señores, el Perú no es Noruega!
Además, los únicos países en América Latina que en los últimos diez años han comprado o nacionalizado empresas privadas son Venezuela, Argentina, Bolivia. No veo a Colombia/Chile en ese camino. Es más, Colombia vendió el 10% de Ecopetrol en la bolsa. Queremos parecernos a Venezuela, Argentina, Bolivia? Creo que no.
Repito, La Pampilla y los grifos pueden ser o no ser un buen negocio, pero eso es marginal. El Estado NO debe comprar acciones de empresas privadas. No es su core business, no es su misión y no sabe administrar empresas, la historia lo demuestra. Los pocos recursos que tiene los debe invertir en mejorar la educación, la salud, la infraestructura, la justicia, luchar contra la delincuencia, promover la inversión privada, entre otras cosas.
Como no es el core business del Estado, comprar empresas privadas eleva el riesgo de la inversión privada.
Por tanto, cuando un Estado da señales de querer comprar empresas “porque es un buen negocio” la mayoría de inversionistas (grandes y pequeños) se preocupan, invierten menos, dudan, etc. Si el Estado compra La Pampilla, quien nos garantiza que luego de unos meses no comprará alguna otra empresa, “que también es estratégica o es un buen negocio o que están en manos de capitales de X país”. Surge la desconfianza.
Y señores, la desconfianza genera mayor riesgo, los valores fundamentales bajan, los precios de mercado bajan, y el crecimiento baja y la pobreza se incrementa. El mayor riesgo hace que, todo lo demás igual, los proyectos de inversión sean menos rentables, y eso desanima al mercado. Y nosotros necesitamos que el riesgo continúe cayendo, no que suba. ¿Para que, pregunto yo, vamos a entrar a ese círculo vicioso, si así cómo vamos, estamos, mal que bien, avanzando?
Impacto en el país.
Creo que el Estado no debe compra la Refinería La Pampilla y los grifos de Repsol. Seria una pésima decisión. Primero estarían destinando recursos del tesoro público a comprar una empresa en vez de gastar ese dinero en el “core business” del Estado. Segundo, provocarían preocupación e incertidumbre entre los inversionistas lo cual reduciría la inversión privada y por tanto el crecimiento económico y por tanto la disminución de la pobreza en el país. El mismo Estado recaudaría menos impuestos para gastarlos en sus programas sociales, estrategia que ha permitido al Presidente y su esposa tener una popularidad que no tuvieron ni Toledo ni García. Sería malo para todos.
Hoy en una reunión con los gerentes generales de todas las casas de bolsa se habló de este tema y estoy seguro que en toda reunión de negocios esta preocupación está latente. Los empresarios deberían estar conversando sobre alternativas para crecer y contratar más personas. Es lamentable que se pierda tiempo en discutir estos temas pues no crean valor para el país, y eso es únicamente responsabilidad del gobierno, de nadie más.
Lamentablemente, la historia también nos enseña que los políticos cometen toda serie de errores y que muchas decisiones no tienen racionalidad económica. Ojalá que el señor Humala tomé la decisión adecuada y no compre La Pampilla y los grifos de Repsol. Pero si decide hacerlo, los fundamentos del Perú cambiarían, pues el riesgo subiría y todos nuestros activos valdrían menos. Si el señor Humala decide comprar los activos de Repsol se arriesga a que ocurran varios eventos: menor crecimiento económico, perder popularidad en el mediano plazo, perder aliados políticos, dividir al país. Estoy seguro que perdería a varios ministros (dudo que el ministro de economía y finanzas esté de acuerdo con comprar La Pampilla y menos los grifos) y que todo esto causará una serie de problemas adicionales.
¿Señor Presidente, vale la pena arriesgar su hasta ahora relativo éxito por algo así?
Alberto Arispe
Bazán
Gerente General
KALLPA
Securities S.A.B
Central: (511) 630-7500
Av. La
Encalada 1388 – of. 802, Surco - Lima 33
Roberto Guadalupe, Análisis de Acciones de Wall Street.
Fuente : Kallpa SAB.
