Carlos Montero - Viernes, 19 de Abril
En la historia reciente, el mundo ha sufrido diferentes guerras, algunas lideradas por EE.UU., y muy criticadas por un amplio segmento de la población mundial al creer que fueron motivadas por intereses económicos. Pueden posicionarse a un lado u otro de esta controversia, pero lo que parece claro, es que los prEl capitalismo necesita un estímulo económico: una nueva guerraopios ciudadanos de EE.UU. tienen un enfoque “especial” sobre este hecho.
Paul B. Farrell, prestigioso columnista del WSJ,
en un reciente artículo afirmaba que América necesita una nueva guerra para
evitar que el capitalismo muera. Se basa en datos históricos, y en los efectos
económicos que diferentes guerras han tenido en la economía de EE.UU. Farrel
señala en su artículo que:
Forbes publicó que la lectura inicial de los
datos del PIB cayó por primera vez en tres años y medio en el cuarto trimestre,
disminuyendo a un ritmo anualizado del 0,1%, mientras que los economistas
habían esperado que el PIB aumentara un 1%. Una drástica caída de 15% en el
gasto del gobierno hundió la actividad económica. Los gastos de defensa se
redujeron un 22,2%, el mayor descenso desde el fin de la guerra de Vietnam.
Las guerras estimulan la economía y somos una
nación guerrera, afirma Farrel: ¿No nos sacó la Segunda Guerra Mundial de la
Gran Depresión? ¿No estimularon las guerras de Irak/Afganistán la economía? La
máquina de guerra del Pentágono se duplicó desde los 260 mil millones dólares
en 2000 a cerca de 550 mil millones dólares el año pasado. El PIB aumentó un
50% desde los 10 billones de dólares a los 15 billones de dólares... y la deuda
federal se triplicó a más de 15 billones de dólares desde por debajo de 5
billones de dólares, cuando nuestros líderes creían que “la deuda no
importaba”.
Pero, sobre todo, las guerras son beneficiosas
para los capitalistas: La lista de Forbes de los multimillonarios del mundo se
disparó de 322 en 2000 a 1426 recientemente.
Con las guerras de Afganistán e Irak terminando,
el capitalismo necesita un estímulo económico: una nueva guerra. Es muy
americano. Los neoconservadores creen que una nueva guerra aumentaría el PIB.
Deben de estar rezando para que Corea del Norte les dé una excusa.
Sin embargo, los políticos de Washington están en
conflicto. Algunos quieren reducir el tamaño del gobierno, reducir la deuda
animando a una "dramática caída del 15% en el gasto público." Pero
por otro lado, la disminución más grande en defensa desde el fin de la guerra
de Vietnam en 1972 desconcierta a los neoconservadores, a los halcones y a los
demás políticos guerreros, que dependen en gran medida de los contratistas de
defensa, de los grupos de presión y de los votantes en las bases militares de
sus distritos.
Entonces, ¿qué sucederá? Es probable que no se
necesita la intervención de ningún país en concreto, sino que los acontecimientos
genere una situación proclive a conflictos armados.
El instituto Worldwatch detecta 10 eventos no
previsibles, “cisnes negros”, que tienen un fuerte potencial desestabilizador,
y que podrían provocar una guerra al concatenarse unos con otros.
1. Explosión de población. El planeta
no puede alimentar a 3.000 millones de individuos más.
Durante la Gran Depresión el mundo tenía 3.000
millones de personas. Hace 12 años se dobló. Ahora la población es de 7.000
millones. La ONU predice que se llegará a los 10.000 millones en 2050.
Worldswatch dice que aunque las tasas de fecundidad están disminuyendo en todo
el mundo, muchos países con altas tasas de natalidad tendrán que dar cabida en
las próximas décadas a la rápida expansión de su fuerza laboral. En Uganda por
ejemplo, donde las mujeres dan a luz a seis hijos en promedio, esto significa
que se deberá generar más de 1,5 millones de nuevos puestos de trabajo a
finales de la década de 2030.
2. La agricultura industrial - productos
químicos, la escasez de agua, riesgos de salud, las enfermedades.
La Gran Agricultura "ha contribuido a
triplicar la producción mundial de carne en los últimos cuatro decenios."
Los ganaderos de Texas puede ser cada vez más ricos, pero esto está
"asociado con un uso intensivo de sustancias químicas, con la propagación
de enfermedades, con el uso excesivo de antibióticos y la pérdida de
efectividad, con un consumo masivo de agua, y con la disminución de la salud
humana.
3. La producción de alimentos - subida de
la demanda, precios especulativos.
Los datos del año pasado nos dicen que la
producción de granos se está recuperando de una recesión. Sin embargo, una
recuperación a largo plazo se ve seriamente obstaculizada por los cambios
climáticos y por el aumento de la demanda de combustible de etanol, produciendo
un efecto dominó en toda la economía a través de mayores precios de los
cereales.
4. Selva tropical, tierras madereras.
A medida que la demanda de alimentos y el precio
de las tierras agrícolas siguen aumentando, los bosques del mundo siguen
desapareciendo, acabando con especies y hábitats, desplazando a las culturas
nativas, alterando los patrones climáticos y contaminando el medio ambiente.
5. Productos cárnicos - las emisiones de
gases que afectan al clima.
Worldwatch informa que el ganado es responsable
del 40% de las emisiones de metano del mundo y el 65% de las emisiones de óxido
nitroso. Tóxicos que emiten gases de efecto invernadero de 25 a 100 veces más
potentes que el dióxido de carbono.
6. Los alimentos orgánicos - consecuencias no deseadas y altos costos.
Worldwatch advierte de que el movimiento orgánico
está siendo desafiado por el aumento de los precios de las tierras agrícolas,
las inconsistencias en las normas orgánicas y los precios más altos de los
alimentos orgánicos. Por otra parte, la agricultura ecológica en realidad
impide un amplio cambio global hacia una agricultura sostenible."
7. El hambre y la obesidad – podrían dar
lugar a una pandemia mundial de la salud.
Estadísticas de 177 países muestran que el 38% de
los adultos - mayores de 15 años - tienen sobrepeso, con tendencias en alza en
distintas regiones del mundo y de diferentes niveles de ingresos. El hambre por
un lado y la obesidad por otro, amenazan a miles de millones de personas.
8. Petróleo y energía alternativa - el
aumento de la demanda frente a la oferta finita.
El consumo mundial de petróleo alcanzó un nuevo
récord de 87,4 millones de barriles por día en 2010. El petróleo sigue siendo
la principal de energía. Mientras tanto, la producción mundial de
biocombustibles alcanzó un máximo histórico de 105 millones de litros en 2010,
un 17% por encima de la de 2009, principalmente como resultado de los altos
precios del petróleo, la recuperación económica mundial y las nuevas leyes para
biocombustibles.
9. Gas natural - fraccionamiento y daños
de gas de esquisto en el medio ambiente.
La demanda de combustibles fósiles está impulsada
por el aumento del consumo de gas natural en Asia y los Estados Unidos. Como
resultado el consumo de gas natural aumentó un 7,4% en 2009-2010. El lado
oscuro: Las nuevas tecnologías como fraccionamiento y nuevas fuentes como el
gas de esquisto, son ahora grandes amenazas ambientales, junto con los riesgos
de derrames a los acuíferos y de las exploraciones en aguas profundas.
10. La energía nuclear.
La generación de la energía nuclear se redujo en
2011 por el aumento de los costos de producción. La demanda se desaceleró por
la electricidad, y los recuerdos frescos de los desastres en Japón, además de
Chernobyl, Three Mile Island, y el aumento de los riesgos inherentes al
almacenamiento del combustible.
El escenario al que podríamos enfrentarnos según
el Worldwatch Institute, es un incremento de las guerras en el mundo debido a
la supervivencia, impulsadas por una población cada vez mayor, y con mayor
demanda de alimentos y energía, en un planeta en el que los recursos se están
reduciendo.
Personalmente, no creo que este sea un escenario
demasiado “favorable” para los capitalistas, ni para nadie.
Roberto Guadalupe , Análisis de Acciones de Wall Street.
Fuente : La Carta de La Bolsa.